En junio de 2025, los arqueólogos descubrieron el complejo de templos de Palaspata en las tierras altas bolivianas. Este hallazgo arroja nueva luz sobre la expansión sudoriental de la civilización Tiwanaku. La investigación fue dirigida por la Universidad Estatal de Pensilvania en colaboración con especialistas bolivianos.
El templo de Palaspata está ubicado a unas 130 millas (210 km) al sureste de la principal zona arqueológica de Tiwanaku. El sitio había sido pasado por alto anteriormente debido a su ubicación remota. Se utilizaron tecnologías avanzadas de teledetección y métodos tradicionales para mapear el área.
El complejo del templo cubre un área de aproximadamente 125 por 145 metros. Incluye quince recintos cuadrangulares que rodean un patio rectangular. Su ubicación era estratégica para el comercio, el intercambio diplomático y la integración cultural.
Se utilizaron imágenes aéreas y satelitales, incluidos UAV (drones), para descubrir el sitio. La fotogrametría creó modelos 3D detallados. El complejo estaba alineado con eventos celestes, específicamente el equinoccio solar.
Se encontraron fragmentos de cerámica de copas keru, utilizadas para beber chicha. La chicha es una bebida de maíz fermentada utilizada en rituales andinos. La presencia de maíz sugiere el papel del sitio en la redistribución de bienes a través de diferentes zonas ecológicas.
El descubrimiento redefine el alcance de la influencia de Tiwanaku, sugiriendo un aparato estatal más estructurado de lo que se reconocía anteriormente. Implica una red de asentamientos que gestionan los recursos y la integración territorial.
La colaboración con las comunidades locales fue esencial. El alcalde de Caracollo, Justo Ventura Guarayo, destacó la importancia de los hallazgos. Se están realizando esfuerzos para proteger el sitio y promover el turismo sostenible.
La datación por radiocarbono confirmó el marco temporal del templo dentro del horizonte Tiwanaku, ubicando el sitio durante el período de florecimiento de la civilización, entre el primer milenio y su colapso alrededor del año 1000 d.C. Estaba potencialmente vinculado a su fase expansionista.
El descubrimiento plantea preguntas sobre la formación del estado y la integración cultural. Palaspata muestra cómo la diversidad ambiental se utilizó para apoyar a grandes poblaciones y el intercambio cultural. Esta investigación destaca la interacción de la ecología, la economía y la ideología.
El estudio fue publicado en la revista Antiquity. Enfatiza la importancia de la tecnología moderna para descubrir civilizaciones antiguas. Los investigadores destacan la necesidad de invertir en investigación arqueológica.
El proyecto involucró a la Universidad Estatal de Pensilvania, socios bolivianos e investigadores internacionales. Fue apoyado por la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU., mostrando un esfuerzo global para explorar y proteger el patrimonio arqueológico.