La historia de la humanidad es un ciclo de construcción y renovación, reflejo de nuestra capacidad para superar desafíos y encontrar nuevas perspectivas. En Szeged, el descubrimiento de la torre oculta del castillo invita a reflexionar sobre esta dinámica. La excavación, iniciada el 4 de julio de 2025, revela no solo la estructura física de la torre, sino también una conexión con el pasado que resuena en el presente.
El castillo de Szeged, en el siglo XVI, fue una imponente fortaleza, la más grande de las tierras bajas del país, con una extensión de 330 metros de largo y 170 metros de ancho. Sus muros, fosos y terraplenes eran esenciales para su defensa. La torre, con su base ensanchada, nos habla de la ingeniería de la época, de la necesidad de protección y de la habilidad para adaptarse al entorno. Investigaciones adicionales podrían revelar que la construcción del castillo comenzó en 1247, según algunos registros históricos, lo que añade una capa de profundidad a su legado. Además, la ciudad de Szeged ha sido un importante centro de comercio y cultura desde el siglo XI, lo que sugiere que el castillo fue un punto focal en el desarrollo de la región.
Tras la expulsión de los turcos, el castillo pasó a manos de los Habsburgo, transformándose en almacén militar y prisión. El Gran Diluvio de Szeged en 1879 causó daños significativos, pero también impulsó una reconstrucción que transformó la ciudad. La visita del emperador Francisco José, y su promesa de reconstrucción, simbolizan la capacidad de la comunidad para unirse y reconstruir, no solo edificios, sino también la esperanza y el futuro.
La historia del castillo de Szeged es un recordatorio de que, incluso en medio de la adversidad, siempre existe la posibilidad de renacer y construir algo nuevo. La exploración de este sitio arqueológico es una oportunidad para conectar con el pasado y vislumbrar las posibilidades del futuro.