Los descubrimientos arqueológicos en 2024 han mejorado significativamente la comprensión de las civilizaciones antiguas en diversas regiones, especialmente en Asia.
En la provincia de Henan, China, las ruinas de Wangzhuang revelaron tumbas de aproximadamente 5,000 años de antigüedad. En particular, la tumba M27 se cree que perteneció a un rey prehistórico de la cultura Dawenkou, lo que sugiere que el sitio pudo haber servido como la capital de un reino prehistórico.
En Sichuan, el sitio de Sanxingdui descubrió un taller de jade y piedra de 3,400 años de antigüedad vinculado al Reino Shu. La excavación desenterró más de 4,000 artefactos, incluidos herramientas, piezas de jade y cerámica.
Mientras tanto, la región de Mongolia Interior reveló las ruinas de ocho ciudades antiguas, proporcionando valiosos conocimientos sobre la estructura urbana y la vida cotidiana de civilizaciones antiguas menos conocidas.
Finalmente, en Taiyuan, Shanxi, una tumba de la Dinastía Tang, que data de hace 1,300 años, presentaba murales que representaban a un hombre rubio con rasgos occidentales. Este hallazgo sugiere posibles interacciones culturales y diversidad étnica en la antigua China, lo que impulsa nuevas investigaciones sobre las conexiones globales de la época.