La fisura emergente en África podría dividir el continente

Editado por: Anna 🌎 Krasko

Un fenómeno geológico significativo se está desarrollando en el corazón de África: se está formando una enorme fisura que podría dividir el continente en dos partes distintas a lo largo de milenios. Este evento es un testimonio concreto de las dinámicas de la tectónica de placas, el proceso natural que da forma a la superficie de la Tierra.

La teoría de la tectónica de placas explica cómo los continentes se mueven, se fragmentan y se reensamblan con el tiempo. Hace millones de años, todas las tierras emergidas estaban unidas en un único supercontinente llamado Pangea. Con el tiempo, Pangea se dividió en los continentes actuales, y ahora África parece estar en el centro de un nuevo proceso de transformación.

El Gran Valle del Rift, una depresión que se extiende aproximadamente 6,400 kilómetros desde la región de Afar hasta Mozambique, es el punto focal de este cambio. Esta enorme fractura en la corteza terrestre podría representar el inicio de la formación de un nuevo océano, destinado a separar a África oriental del resto del continente.

A medida que pasa el tiempo, este proceso de separación continuará, llevando a una expansión de la fisura y un hundimiento progresivo del terreno. Se prevé que, a lo largo de millones de años, se formará una nueva cuenca oceánica, llenando el espacio dejado por la fisura y transformando la geografía del continente.

Estos cambios son el resultado de un proceso geológico extraordinariamente lento pero inevitable. La investigación realizada por académicos como Lucía Pérez Díaz sugiere que la fisura de la placa africana se debe a una combinación de factores, incluidos los movimientos tectónicos y la erosión del suelo. En los próximos 10 millones de años, el nuevo océano podría comenzar a formarse, transformando la apariencia de toda la región.

Las causas de esta fisura siguen siendo objeto de debate entre los científicos. Algunos geólogos sostienen que el fenómeno se debe principalmente a la erosión del suelo, mientras que otros otorgan mayor importancia a los movimientos de las placas tectónicas. Lo que parece seguro es que el proceso está destinado a continuar, remodelando profundamente la geografía del continente africano.

El destino de África oriental parece sellado: la formación de un nuevo océano no solo rediseñará las fronteras geográficas, sino que también tendrá importantes consecuencias ecológicas y económicas. Este fenómeno representa una de las manifestaciones más extraordinarias del poder geológico del planeta, recordándonos que el mundo en el que vivimos está en constante evolución.

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