Tonga, una nación insular del Pacífico, está a punto de convertirse en el primer país en reconocer a las ballenas como personas jurídicas. Esta medida innovadora, anunciada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos en Niza, Francia, significa un cambio en la forma en que percibimos y protegemos a estas magníficas criaturas.
La princesa Angelika Lātūfuipeka Tukuʻaho de Tonga enfatizó la necesidad de reconocer a las ballenas como seres sintientes con derechos inherentes. Esta iniciativa podría otorgar a las ballenas agencia dentro del sistema legal, permitiéndoles hacer valer y defender sus derechos.
La medida es parte de un movimiento global más amplio de derechos de la naturaleza, que reconoce los ecosistemas y la vida silvestre como seres vivos con derechos inherentes. El enfoque de Tonga implica basarse en una legislación modelo e incorporar la cosmología polinesia, enfatizando la importancia de las ballenas para la salud del océano.
El proyecto de ley incluye derechos adaptados a las ballenas, como la libertad de movimiento y la protección contra la contaminación. Este esfuerzo tiene como objetivo garantizar que las ballenas puedan "ser la ballena".
Este anuncio es parte de una serie de desarrollos en la Conferencia de los Océanos destinados a promover los derechos legales del océano y sus especies. Es un cambio transformador en nuestra relación legal y ética con el océano.
Líderes indígenas de Nueva Zelanda y las Islas Cook ya han firmado un tratado que reconoce los derechos de las ballenas. El tratado He Whakaputanga Moana se basa en la ley indígena.
El movimiento de derechos de la naturaleza no es solo una campaña legal, sino también cultural y moral. Desafía la idea de que los humanos están separados de la naturaleza y está ganando terreno entre los principales grupos de conservación.
Los defensores están presionando por el reconocimiento de los derechos y el valor intrínseco del océano. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales está explorando la noción de los derechos de los océanos.
Esta iniciativa subraya la necesidad de un cambio radical en la forma en que tratamos a las ballenas y al océano. Es un testimonio de la creciente comprensión de la interconexión de toda la vida en la Tierra.