La temporada de crecimiento trae alegrías de jardinería, pero también un aumento del ruido de cortadoras de césped y herramientas. Este ruido impacta significativamente a la vida silvestre local, interrumpiendo sus instintos.
Las aves, ardillas, conejos, ranas e insectos se ven críticamente afectados por el ruido producido por el hombre. Estos sonidos enmascaran a los depredadores e interrumpen los hábitos de alimentación, anidación y apareamiento. Kevin Munroe de The Nature Conservancy señala que los animales se comunican a través del canto, que la contaminación acústica puede ahogar, impidiendo la reproducción. Los ruidos artificiales de equipos, tráfico y construcción causan estrés y pérdida auditiva. Un estudio de la Universidad de Georgia encontró que los ruidos de las autopistas elevan la frecuencia cardíaca en las orugas monarca.
Para ayudar, The Nature Conservancy sugiere considerar áreas sensibles al ubicar instalaciones que producen ruido y alterar las actividades ruidosas durante la reproducción y la hibernación. Pequeños cambios en nuestras propiedades pueden tener un gran impacto. Cambie el trabajo de jardinería ruidoso para más tarde en el día, ya que las aves se comunican más entre el amanecer y las 9 a.m., y evite los ruidos fuertes después del anochecer. Plantar árboles nativos densos y cambiar a herramientas a batería puede crear barreras de sonido. Eduque a su comunidad y anime a los municipios locales a crear santuarios de sonido. Proteger a los animales salvajes es crucial, ya que sirven como polinizadores y afectan el control de plagas, lo que impacta positivamente en nuestra agricultura y economía.