En un desarrollo notable, los científicos han observado cada vez más ballenas híbridas resultantes del cruce entre rorcuales comunes y ballenas azules. Este fenómeno, destacado por avistamientos recientes en el estuario de San Lorenzo en abril de 2025, subraya las complejidades de la biodiversidad marina y plantea importantes cuestiones de conservación.
Estos híbridos, a veces llamados "ballenas flue", exhiben rasgos físicos de ambas especies progenitoras, lo que dificulta la identificación visual. El análisis genético ha confirmado que estos híbridos no siempre son infértiles, como se creía anteriormente. El cruce, conocido como introgresión, parece ser más común de rorcuales comunes a ballenas azules, lo que genera preocupación por la integridad genética de la población de ballenas azules en peligro de extinción.
Los expertos sugieren que los factores estresantes ambientales, como el cambio climático y la disminución de las poblaciones, pueden contribuir al aumento de la hibridación. Los esfuerzos de conservación ahora se centran en monitorear esta tendencia y proteger los hábitats de ambas especies para garantizar la salud y la resistencia a largo plazo de estos gigantes oceánicos. La capacidad de estos híbridos para reproducirse también plantea preocupaciones sobre la distinción genética a largo plazo de las ballenas azules, especialmente a medida que enfrentan cambios de hábitat y otras presiones ambientales.