Científicos mexicanos hicieron un descubrimiento extraordinario: las aves fumigan sus nidos para proteger a sus crías. Este hallazgo, documentado en el libro de Jaap de Roode "Doctors by Nature", destaca cómo los animales se automedican.
Las mariposas monarca ofrecen otro ejemplo. Las madres seleccionan algodoncillo medicinal para poner huevos, protegiendo así a sus orugas de los parásitos. Las mariposas hembra infectadas ponen huevos en algodoncillo medicinal, lo que reduce la transmisión de parásitos a su descendencia.
Los chimpancés también exhiben un comportamiento medicinal. Ingeren partes amargas de plantas para combatir los gusanos o tragan hojas erizadas para atrapar y expulsar los gusanos intestinales. Estos comportamientos demuestran una comprensión sofisticada de los remedios naturales.
Las aves usan colillas de cigarrillos para fumigar los nidos, reduciendo los parásitos. Los investigadores reemplazaron los revestimientos naturales de los nidos con revestimientos artificiales, agregando garrapatas vivas o muertas. Los nidos con colillas de cigarrillos tenían menos parásitos, lo que demuestra la fumigación activa de las aves.
Los animales también pueden elegir sus propios alimentos para crear una dieta y comer menos. Cuando se les da a elegir plantas medicinales, los animales aprenden a asociar alimentos específicos con la recuperación de ciertas enfermedades. Este conocimiento se puede aplicar en la ganadería.
Las abejas recolectan resina para protegerse contra las infecciones, creando propóleos. Las cajas de colmena rugosas y ranuradas permiten a las abejas depositar más propóleos, lo que mejora su salud. Esto ayuda a las abejas a producir más crías.
Las orugas lanudas se protegen de las moscas parásitas consumiendo plantas con alcaloides. Las orugas infectadas tienen receptores del gusto más altos para los alcaloides, lo que las lleva a comer más de estas sustancias protectoras. Científicos japoneses patentaron un repelente de mosquitos basado en productos químicos de plantas que atraen a los gatos.
Los cuerpos de los animales a menudo saben instintivamente qué hacer. Las orugas lanudas consumen más sustancias medicinales cuando están enfermas. Las ovejas y las cabras aprenden a asociar alimentos específicos con la recuperación, usándolos nuevamente cuando están enfermas.
Los animales también aprenden unos de otros. Los chimpancés tienen varios métodos para doblar y tragar hojas, y el grupo copia los nuevos métodos. Los curanderos tradicionales han estudiado a los animales durante milenios, aprendiendo sobre medicina de ellos.
Los "chamanes oso" nativos americanos imitaban a los osos para aprender medicina. El consumo de corteza de sauce (que contiene ácido salicílico, la base de la aspirina) por parte de los osos que salen de la hibernación es un ejemplo de ello. Preservar la naturaleza y estudiar a los animales puede conducir a nuevos medicamentos para los humanos.
Al estudiar a los animales, podemos aprender sobre las plantas medicinales e investigar sus posibles beneficios para nosotros mismos. Los animales son increíbles, y estudiarlos puede ayudarnos tanto a ellos como a nosotros.