Un artículo reciente en Live Science exploró la cuestión de si los perros y los gatos son más inteligentes que los bebés. Si bien la comparación es intrínsecamente defectuosa debido a las diferentes trayectorias de desarrollo de los humanos y los animales, el artículo profundiza en las capacidades cognitivas de los perros, particularmente su comprensión del lenguaje y el conteo.
Stanley Coren, profesor de psicología especializado en inteligencia canina, sugiere que los perros poseen algunas habilidades cognitivas, como el vocabulario y el conteo, comparables a las de los niños pequeños. Estima que el perro promedio tiene una edad mental equivalente a la de un niño de 2 años y medio, basándose en su capacidad para comprender alrededor de 165 palabras y señales. Sin embargo, Coren enfatiza que esta comparación es limitada, ya que la comprensión del lenguaje por parte de los perros se basa principalmente en señales en lugar de conceptos abstractos.
Si bien los perros pueden demostrar habilidades básicas de conteo, como reconocer cuándo falta un premio, carecen de la capacidad para comprender los números de manera abstracta. Esta distinción destaca la diferencia fundamental entre la inteligencia humana y animal, con los humanos desarrollando el razonamiento abstracto mientras que los perros operan dentro de un marco más concreto.
El artículo finalmente plantea preguntas sobre la validez de comparar la inteligencia humana y animal, sugiriendo que la inteligencia humana no es simplemente una forma más avanzada de inteligencia animal. La comparación, aunque intrigante, puede no proporcionar información significativa sobre la naturaleza de la inteligencia en sí.