En el Golfo de California, se ha observado que los orcas emplean estrategias de caza sofisticadas para atacar a los tiburones ballena, la especie de pez más grande del planeta. Este comportamiento notable demuestra la inteligencia y las habilidades cooperativas de estos depredadores ápice.
Investigaciones han documentado cómo los orcas trabajan juntos para embestir a los tiburones ballena, aturdiéndolos y evitando que se sumerjan en profundidad, lo que es su principal mecanismo de defensa. Estos gigantes gentiles pueden crecer hasta la longitud de un autobús escolar y se alimentan principalmente de plancton, lo que los hace vulnerables a estos ataques coordinados.
Erick Higuera, biólogo marino y uno de los autores del estudio, señala: "Organizan la caza, la emboscada. Son como francotiradores. Son especialistas en sus tácticas de caza." Esto se suma a la creciente evidencia de que las orcas son los depredadores más importantes del océano, capaces de cazar desde ballenas azules hasta tiburones blancos.
Higuera ha seguido un grupo específico de orcas durante años y ha documentado sus métodos de caza únicos a través de grabaciones en video. El estudio reveló que las orcas voltean a los tiburones ballena sobre su espalda, induciendo un estado de trance conocido como inmovilidad tónica, antes de atacar su suave vientre.
Francesca Pancaldi, coautora del estudio, explica que esta técnica permite a las orcas acceder al hígado del tiburón, una parte muy nutritiva de su cuerpo. Este conocimiento cultural sobre las estrategias de caza se transmite de generación en generación dentro de las familias de orcas.
Las orcas de todo el mundo exhiben diversas técnicas de caza, algunas de las cuales se centran en mamíferos marinos mientras que otras se enfocan en los peces. Su capacidad para infundir miedo en otras especies marinas, como los tiburones blancos, resalta su estatus como depredadores ápice.