Las ballenas, al igual que las aves migratorias, buscan climas más cálidos durante el invierno. Después de pasar el verano en Alaska, las ballenas jorobadas migran a México y Hawái para dar a luz en aguas subtropicales, cruzándose con las ballenas grises que juegan a lo largo de la costa de California. La temporada de avistamiento de ballenas en invierno se extiende de diciembre a abril, con lugares destacados como Costa Rica, Nueva Zelanda y Sri Lanka.
En Cabo San Lucas, donde el océano Pacífico se encuentra con el mar de Cortés, la región se transforma en un vibrante teatro durante la migración de ballenas. Las ballenas grises, azules, jorobadas, esperma y fin atraen a turistas que reservan excursiones en botes zodiac y catamaranes, capturando vistas impresionantes de los monumentos de Cabo.
Kaikoura, en la isla del Sur de Nueva Zelanda, ofrece una experiencia de avistamiento de ballenas más cálida a partir de diciembre. El cercano cañón de Kaikoura alberga ballenas azules, jorobadas y esperma residentes. Guías maoríes dirigen excursiones, enfatizando la importancia cultural de estas majestuosas criaturas.
El parque nacional Marino Ballena en Costa Rica es otro lugar privilegiado para el avistamiento de ballenas y delfines. Las ballenas jorobadas y sus crías frecuentan la zona, y los visitantes pueden disfrutar de excursiones o ver las ballenas desde la formación de arena conocida como la Cola de Ballena.
Maui se convierte en un refugio para miles de ballenas jorobadas durante el invierno. Los visitantes pueden alojarse en Kaanapali Beach y disfrutar del espectáculo desde sus balcones, lo que hace que la experiencia sea relajante.
Mirissa, en Sri Lanka, atrae a ballenas azules migratorias, y los operadores turísticos se comprometen a prácticas éticas que respetan el bienestar de los animales. Después de una excursión, los visitantes pueden relajarse en la hermosa playa de Mirissa.
La bahía de Monterey, conocida por su profundo cañón submarino, es un punto caliente para la actividad de ballenas. Los tours en barco dirigidos por biólogos marinos ofrecen una experiencia informativa, mientras que la observación de ballenas desde la tierra requiere paciencia.
A diferencia de las ballenas migratorias, las orcas permanecen en las islas San Juan durante todo el año. Estos delfines son los favoritos entre los observadores de ballenas, y el parque estatal Lime Kiln ofrece puntos de vista accesibles.