El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado sus proyecciones de crecimiento económico global para 2025, anticipando una desaceleración en comparación con años anteriores. Según el informe de abril de 2025, se espera que la economía mundial crezca un 2,8% en 2025, una disminución de 0,5 puntos porcentuales respecto a la estimación previa de enero de 2025. Esta revisión refleja los impactos de las tensiones comerciales y la incertidumbre política que afectan a las principales economías.
En particular, las economías avanzadas muestran señales de desaceleración. Se prevé que el crecimiento en Estados Unidos se reduzca al 1,8% en 2025, influenciado por una mayor incertidumbre política y tensiones comerciales. Por otro lado, la zona del euro experimentará un crecimiento del 0,8% en 2025, afectada por desafíos internos y externos que limitan su expansión económica.
Las economías emergentes y en desarrollo también enfrentan desafíos. Se estima que el crecimiento en estas regiones se desacelerará al 3,7% en 2025, influenciado por factores como la disminución de la demanda externa y la volatilidad en los mercados financieros internacionales. Sin embargo, se anticipa que economías como China mantendrán tasas de crecimiento positivas, aunque moderadas en comparación con años anteriores.
El FMI destaca que la intensificación de las tensiones comerciales y la incertidumbre en torno a las políticas económicas representan riesgos significativos para las perspectivas de crecimiento global. Las políticas proteccionistas y las barreras comerciales podrían afectar las cadenas de suministro y la inversión internacional, impactando negativamente en la actividad económica mundial.
Para mitigar estos riesgos, el FMI recomienda que los países adopten políticas que fomenten la cooperación internacional y eviten medidas unilaterales que puedan agravar las tensiones comerciales. Además, se enfatiza la importancia de mantener políticas fiscales y monetarias prudentes para garantizar la estabilidad económica a largo plazo.
En resumen, las perspectivas de crecimiento económico global para 2025 presentan desafíos significativos debido a factores como las tensiones comerciales y la incertidumbre política. Es esencial que las economías colaboren y adopten políticas que promuevan la estabilidad y el crecimiento sostenible en el ámbito internacional.