El gobierno de Estados Unidos está en conversaciones para adquirir una participación en Intel Corporation, una medida estratégica destinada a fortalecer la capacidad de fabricación de semiconductores a nivel nacional. Esta potencial inversión surge tras una reunión entre el presidente Trump y el CEO de Intel, Lip-Bu Tan, en medio de un escrutinio sobre las inversiones de Tan en empresas tecnológicas chinas. Las acciones de Intel experimentaron un notable repunte, superando el 7% y alcanzando los $23.86 el 15 de agosto de 2025, reflejando el optimismo de los inversores ante la noticia.
Esta posible intervención gubernamental se percibe como un cambio estratégico, evolucionando de subsidios tradicionales a una política industrial más directa, una táctica que los expertos consideran alineada con los esfuerzos de la administración para asegurar sectores tecnológicos críticos. La inversión propuesta busca respaldar los esfuerzos de recuperación de Intel y acelerar el desarrollo de su complejo de chips de $28 mil millones en Ohio. Este ambicioso proyecto, que ha enfrentado ajustes en su cronograma, ahora se espera que comience sus operaciones entre 2030 y 2031. Una participación directa del gobierno estadounidense podría proporcionar capital crucial y dirección estratégica, con el objetivo de consolidar la posición de Intel como una fundición nacional para la producción de chips avanzados.
El valor de mercado de Intel ha experimentado una contracción significativa, descendiendo de aproximadamente $288 mil millones en 2020 a alrededor de $104 mil millones en agosto de 2025, con una reducción reportada a la mitad de sus beneficios. Esta iniciativa se alinea directamente con la estrategia general de la administración para reforzar y expandir la producción nacional de chips, un componente vital ante las crecientes tensiones entre EE. UU. y China en tecnologías avanzadas como los semiconductores y la inteligencia artificial. El panorama geopolítico, particularmente la rivalidad tecnológica entre EE. UU. y China, subraya la importancia de este desarrollo. Los propios esfuerzos de China por lograr la independencia en semiconductores y su control sobre minerales críticos como el galio y el germanio presentan un complejo telón de fondo.
Si bien los controles de exportación de EE. UU. buscan limitar el acceso de China a la tecnología de chips avanzada, las medidas de represalia de China y sus propios avances en la fabricación de chips, incluidos informes sobre capacidades de chips de 5 nm, resaltan la naturaleza dinámica de esta carrera armamentista tecnológica. El papel central de Intel en esta industria global hace que cualquier intervención gubernamental sea un evento crucial que podría remodelar las dinámicas competitivas de la fabricación de chips a nivel mundial. La estrategia de la administración se alinea con acciones previas, como inversiones en empresas como MP Materials y discusiones con Nvidia y AMD sobre acuerdos de participación en los ingresos por ventas a China, lo que indica un enfoque constante en aprovechar las capacidades nacionales y gestionar la competencia tecnológica internacional.