En el panorama financiero en evolución, el dinero programable está ganando terreno, extendiéndose más allá de las criptomonedas y las CBDC. Están surgiendo nuevas tecnologías que aportan programabilidad a las formas tradicionales de dinero. Este cambio significa un movimiento hacia los contratos inteligentes y las transacciones automatizadas dentro de los sistemas bancarios establecidos.
El concepto de dinero programable está estrechamente relacionado con los contratos inteligentes, que activan automáticamente eventos basados en condiciones predefinidas. Ethereum, lanzado en 2015, fue pionero en los contratos inteligentes basados en blockchain. Plataformas como MakerDAO, Uniswap y Compound surgieron luego como herramientas financieras prácticas, eliminando la necesidad de intermediarios humanos o de software.
Los bancos centrales están explorando sus propias monedas digitales, aunque es poco probable que la mayoría use blockchains públicas como Ethereum. El Banco de Inglaterra, por ejemplo, favorece un libro mayor privado y con permisos. A pesar de esto, la programabilidad sigue siendo una característica clave de las Monedas Digitales de Bancos Centrales (CBDC).
Quant, una empresa de tecnología financiera, desarrolló un sistema de pago programable para transacciones de CBDC minoristas como parte del Proyecto Rosalind del Banco de Inglaterra. Este sistema, que utiliza un "bloqueo multipartito", funciona como un depósito en garantía digital, liberando fondos en función de condiciones como la verificación de la entrega. Desde entonces, Quant ha adaptado esta tecnología para el dinero de los bancos comerciales, permitiendo transacciones programables con depósitos bancarios reales.
Los bancos están explorando casos de uso mayoristas, como los pagos en garantía de empresa a empresa que liberan fondos automáticamente después de las comprobaciones de cumplimiento. También se anticipan aplicaciones minoristas, incluidas cuentas programables donde los pagos de facturas se activan por eventos como la recepción de un cheque de pago.
Si bien el dinero programable se exploró inicialmente mediante protocolos de finanzas descentralizadas, los depósitos bancarios inteligentes no se consideran competencia para las monedas estables. Los bancos se están centrando en generar ingresos a través de servicios programables construidos sobre la infraestructura existente. Las preocupaciones sobre la censura y la vigilancia gubernamentales son en gran medida infundadas, con el cifrado de datos y los bancos comerciales liderando el lanzamiento minorista.