El panorama financiero global ha sido testigo de una reasignación significativa de flujos de capital, culminando en un espectacular repunte del precio de Bitcoin (BTC). El 27 de octubre de 2025, el activo digital alcanzó la impresionante cifra de 115,400 dólares estadounidenses, lo que representa un incremento del 2.72%. Este impulso alcista refleja un cambio más amplio en el apetito por el riesgo dentro de los mercados internacionales. La base de este movimiento no reside únicamente en el impulso técnico, sino también en transformaciones fundamentales en la política económica internacional.
Un catalizador clave ha sido la formalización de un acuerdo marco entre las autoridades económicas de Estados Unidos y China. Dicho acuerdo busca poner fin a la escalada de riesgos comerciales, incluyendo la eliminación de aranceles mutuos y las restricciones a la exportación de metales de tierras raras. Esta desescalada, cuya revisión está prevista en Corea del Sur, alivió de inmediato la tensión sistémica que había limitado el crecimiento de los activos de riesgo durante largo tiempo. El presidente Donald Trump y el líder chino Xi Jinping se preparan para reunirse este jueves en Corea del Sur con el objetivo de sellar el acuerdo, tras haber alcanzado un consenso preliminar entre los negociadores.
Este ambiente geopolítico favorable contribuyó a un alza generalizada en el sector de los activos digitales. Ethereum (ETH) se elevó hasta los 4,167.08 dólares (un aumento del 4.73%), mientras que Binance Coin (BNB) alcanzó los 1,153.60 dólares (con una subida del 2.77%). No obstante, XRP mostró una ligera contracción del 0.76%, descendiendo a 2.62 dólares. Paralelamente a los avances diplomáticos, los inversores mantienen la mirada fija en las acciones de la Reserva Federal (Fed). Se espera que la Fed decida reducir la tasa de interés clave en 25 puntos básicos durante su reunión del 29 de octubre, lo que constituiría un potente estímulo macroeconómico para los activos sensibles al costo del endeudamiento.
Esta anticipación de una política monetaria más laxa se ve respaldada por los datos de inflación recientes. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre registró un aumento interanual del 3.0%, cifra que se situó por debajo del pronóstico de consenso del 3.1%. Históricamente, la flexibilización monetaria tiende a debilitar la moneda nacional y a canalizar capital hacia instrumentos de mayor riesgo. Además, el mercado se prepara para una serie de eventos cruciales, como la publicación de los informes de ganancias de los gigantes tecnológicos estadounidenses: Microsoft, Apple, Alphabet, Amazon y Meta. En el ámbito de los activos digitales, se observa un interés institucional creciente en compañías como Metaplanet, BitMine y Galaxy Digital.
Los analistas señalan que el sentimiento del mercado ha migrado de una marcada inclinación hacia instrumentos defensivos a una postura más neutral, lo que indica una disminución de la cautela entre los participantes. Sin embargo, para que Bitcoin logre un movimiento sostenido hacia el umbral de los 120,000 dólares, es imprescindible que se consolide por encima del nivel de 116,000 dólares al cierre del mes. La coyuntura actual representa un momento singular donde factores externos, ligados a la política macroeconómica y las relaciones internacionales, se han sincronizado, abriendo un espacio propicio para el crecimiento de activos que anteriormente se encontraban bajo presión.