El 6 de julio de 2025, el mempool de Bitcoin estaba casi vacío a pesar de que la criptomoneda cotizaba a $109,268, reflejando un aumento del 1.07% desde el cierre anterior. Esta situación inusual, reportada por múltiples fuentes, indica un cambio en el comportamiento de los usuarios y un posible movimiento hacia soluciones fuera de la cadena.
Históricamente, los aumentos de precios han llevado a la congestión de la red y a comisiones de transacción más altas. Sin embargo, en 2025, el mempool mostró una acumulación mínima, con solo unos pocos miles de transacciones esperando confirmación. El rango de negociación del día osciló entre $107,846 y $109,469.
Esta disminución en la actividad en la cadena presenta desafíos para los mineros, cuyos ingresos se derivan parcialmente de las comisiones de transacción. El hashrate solo ha experimentado un modesto aumento de aproximadamente el 25% desde el halving, lo que sugiere que el incentivo para que los mineros inviertan en hardware adicional sigue siendo relativamente bajo. Algunas grandes empresas de minería de Bitcoin están considerando diversificarse en otros negocios, quizás explorando la energía renovable o la minería de otras criptomonedas con menor consumo energético, en línea con las tendencias de sostenibilidad y la creciente regulación en la región. En Latinoamérica, por ejemplo, se observa un creciente interés en la minería de Bitcoin y otras criptomonedas, pero también una mayor preocupación por el impacto ambiental y la necesidad de una regulación clara.