El 27 de enero de 2025, Donald Trump firmó un decreto que suspende nuevas autorizaciones federales para la infraestructura de energía eólica marina en Estados Unidos. Esta medida podría impactar significativamente la industria emergente de energía eólica marina.
El decreto detiene específicamente nuevos permisos para la instalación de infraestructura en la Plataforma Continental Exterior, conocida por sus velocidades de viento constantes y altas. Sin embargo, no afecta a los permisos relacionados con la producción de petróleo, gas y minerales, ni a las actividades de conservación.
Los proyectos existentes con contratos firmados no se verán interrumpidos de inmediato, pero se le ha encargado al Secretario del Interior revisar estos contratos, lo que podría llevar a cancelaciones.
A pesar de los desafíos, el sector de la energía eólica marina había visto algunos desarrollos positivos, con 4.1 gigavatios actualmente en construcción y otros 3.4 gigavatios aprobados. La administración de Biden tenía como objetivo aumentar la capacidad a 30 gigavatios para finales de la década.
Hasta mayo de 2024, Estados Unidos solo contaba con 174 megavatios de capacidad eólica marina operativa, lo que representa aproximadamente el 1% del total mundial de 68 gigavatios, predominantemente ubicado en Europa y China. Los altos costos de instalación de la infraestructura marina han obstaculizado el crecimiento en comparación con los proyectos terrestres.
A nivel internacional, sin embargo, el interés en la energía eólica marina sigue siendo fuerte. Por ejemplo, Google firmó un contrato el año pasado para 478 megavatios de energía eólica marina para alimentar dos centros de datos en los Países Bajos.