Tesla, el principal fabricante mundial de vehículos eléctricos, se proyecta que ganará más de 1.000 millones de euros este año principalmente a través de la venta de créditos de dióxido de carbono (CO2) en lugar de por la venta de vehículos.
A pesar de una disminución en las ventas de automóviles en 2024, los ingresos de Tesla por la venta de créditos de CO2 a otros fabricantes de automóviles se mantienen robustos. La compañía, dirigida por Elon Musk, se ha consolidado como un actor clave en el mercado de créditos de carbono.
Los estándares de Corporate Average Fuel Economy (CAFE) exigen a los fabricantes de automóviles que mantengan límites específicos de emisiones de CO2 en sus flotas de vehículos. Estos límites se endurecerán en 2025, exigiendo que los fabricantes vendan al menos el 20% de vehículos eléctricos (EV). Los fabricantes que no cumplan con estos requisitos enfrentan sanciones significativas.
Jean-Philippe Imparato, CEO de Alfa Romeo, advirtió que las empresas que no logren alcanzar el umbral del 20% de EV incurrirán en costos sustanciales. Tesla, que produce exclusivamente vehículos de cero emisiones, tiene un excedente de créditos de CO2 para vender.
Fabricantes de automóviles importantes, incluidos Stellantis, Toyota, Ford, Subaru y Mazda, se espera que paguen precios elevados por estos créditos. Los analistas de UBS sugieren que las ganancias de Tesla por créditos de CO2 podrían superar los 1.000 millones de euros si la empresa monetiza su posición total de CO2.
En los últimos 15 años, Tesla ha generado más de 10.200 millones de dólares a través de la venta de créditos de emisiones, con un crecimiento significativo en los últimos dos años. El endurecimiento de los estándares CAFE beneficiará aún más a Tesla al reducir el límite de emisiones a un promedio de aproximadamente 80 g/km.
Otros fabricantes, como Volvo, especialmente gracias al éxito de su SUV eléctrico EX30, también podrían obtener recompensas en efectivo interesantes. Se ha establecido un acuerdo con Mercedes para compensar las emisiones de CO2 excesivas, y los analistas pronostican que Volvo podría ganar hasta 300 millones de euros.