Según el índice Infosys Bank Tech, el gasto en ciberseguridad ahora supera las inversiones en inteligencia artificial (IA) dentro de los bancos estadounidenses. Esta reasignación de recursos refleja un cambio, ya que las medidas de seguridad tradicionales son insuficientes frente a la evolución de las amenazas y las necesidades de cumplimiento normativo.
En 2023, el costo promedio de una filtración de datos en los EE. UU. alcanzó los $9.5 millones, superando el promedio mundial de $4.4 millones, debido a los complejos entornos tecnológicos bancarios y la falta de talento especializado.
Una encuesta de Integris a más de 1,000 ejecutivos de bancos estadounidenses indica que el 88% planea aumentar sus presupuestos de TI en al menos un 10% en 2025, con la ciberseguridad como la principal prioridad para el 86% de los encuestados, por delante de la IA, la nube y la modernización del sistema. Este aumento implica un reenfoque en tecnologías de mayor valor agregado, como la transición de plataformas SIEM a plataformas XDR, que ofrecen visibilidad unificada y respuesta automatizada a incidentes.
Sin embargo, la escasez de talento dificulta la implementación de estas estrategias. En América del Norte, el 49% de las contrataciones de tecnología en los bancos son especialistas en ciberseguridad, superando el promedio mundial del 35%. Para abordar esto, algunos bancos se están asociando con empresas de tecnología para programas de capacitación continua, con el objetivo de mejorar las habilidades y retener el talento.
En un sector bancario fuertemente regulado, la ciberseguridad es ahora un factor competitivo, que influye en la confianza del cliente y la sostenibilidad a largo plazo. Los bancos deben integrar la tecnología, los recursos humanos y las consideraciones regulatorias en una estrategia de seguridad integral.