Arabia Saudita ha indicado planes para mantener su ritmo de emisión de bonos en 2025 con el fin de financiar amplios proyectos de diversificación del petróleo. El gobierno inició la venta de su primer bono del año el lunes, apuntando a un acuerdo en dólares en tres tramos.
Los detalles sobre el precio y el tamaño de los bonos a tres, seis y diez años se espera que se finalicen más tarde hoy. Citigroup Inc., Goldman Sachs Group Inc. y JPMorgan Chase & Co. están gestionando la transacción.
El Centro Nacional de Gestión de la Deuda estima que las necesidades de financiamiento del reino para este año ascienden a 139 mil millones de riyales (37 mil millones de dólares), de los cuales más de 100 mil millones de riyales se destinarán a cubrir el déficit presupuestario y el resto a la amortización de la deuda a vencer.
Además de los bonos, Arabia Saudita probablemente buscará préstamos, habiendo asegurado recientemente una línea de crédito renovable de 2.5 mil millones de dólares de Abu Dhabi Islamic Bank, Crédit Agricole SA y Dubai Islamic Bank.
En 2024, el reino emitió 17 mil millones de dólares en bonos internacionales, ocupando el segundo lugar entre los mercados emergentes, con todos los bonos denominados en dólares. Este año, podría considerar diversificar su financiación explorando otras monedas.
El financiamiento total de bonos el año pasado, incluyendo las operaciones de entidades controladas por el estado, alcanzó aproximadamente 50 mil millones de dólares. Bajo la iniciativa Visión 2030 liderada por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, el gobierno está invirtiendo fuertemente en varios sectores, incluyendo nuevas ciudades y tecnología.
Actualmente, el crudo Brent se cotiza alrededor de 76 dólares por barril, por debajo de los 90 dólares por barril necesarios para equilibrar el presupuesto de 2025, según el Fondo Monetario Internacional. A pesar de esto, el productor estatal Aramco ha aumentado los precios del petróleo para los compradores en Asia, lo que indica un crecimiento anticipado de la demanda.
El gobierno prevé un déficit fiscal de aproximadamente el 2.8% del PIB para este año.