Banco Santander está cerca de obtener la aprobación para expandir sus operaciones en Canadá, posicionándose como un posible disruptor en el sector bancario del país. Con más de 168 millones de clientes en todo el mundo, Santander pretende desafiar la dominación de los Seis Grandes bancos canadienses, que reportaron ganancias de aproximadamente 54 mil millones de dólares en 2024.
Los expertos destacan que, aunque el mercado canadiense presenta márgenes atractivos, será difícil establecer una presencia. Andrew Spence, autor de 'Fleeced: Canadians versus their banks', señaló que, a pesar del potencial de disrupción del mercado, las tendencias históricas indican una resistencia al cambio.
Los bancos canadienses han superado constantemente a sus contrapartes estadounidenses y europeas en ganancias en relación con el capital. Por ejemplo, Royal Bank of Canada (RBC) reportó 4.2 mil millones de dólares en ganancias de 17 millones de clientes el último trimestre, mientras que Santander generó aproximadamente 4.9 mil millones de dólares a partir de una base de clientes significativamente mayor.
A pesar del panorama prometedor, la estrategia de Santander sigue siendo poco clara. La banca está a la espera de la aprobación final del regulador bancario canadiense después de que el ministro de finanzas respaldara su solicitud en abril. Los analistas del sector sugieren que atraer depósitos en un mercado saturado de opciones bancarias será un obstáculo importante.
Históricamente, los bancos internacionales han enfrentado desafíos en Canadá. Mientras que ING Bank logró introducir la banca en línea sin comisiones en 1997, otros como HSBC tuvieron dificultades antes de desinvertir sus operaciones canadienses. Johann Scholtz, analista de Morningstar, expresó escepticismo sobre el éxito potencial de Santander, citando la estructura de mercado altamente concentrada.
Aun si Santander logra establecer una presencia, los expertos advierten que esto puede no conducir a cambios sustanciales dentro del marco bancario canadiense. Vass Bednar de la Universidad McMaster sugirió que la verdadera competencia podría surgir del sector tecnológico, especialmente con la posible introducción de políticas de banca abierta. Sin reformas significativas, Canadá corre el riesgo de permanecer estancado en sus prácticas bancarias.