Una rara barra de chocolate hecha para conmemorar la coronación del rey Eduardo VII en 1902 se subastará por cientos de libras. Esta confitería de 122 años, producida por Rowntree's, viene en una lata decorada con retratos del rey Eduardo y la reina Alejandra de Dinamarca.
El propietario original demostró una notable autodisciplina al no consumirla, y solo se conocen unas pocas barras de chocolate vintage similares en la actualidad.
El chocolate sigue envuelto en papel plateado, aunque no se recomienda probarlo. Los subastadores de Auctioneum Ltd en Bath han valorado la barra en 200 £, destacando que los dulces y el chocolate eran aún una novedad relativa a principios del siglo XX.
“Es bastante notable que este chocolate haya permanecido sin comer tanto tiempo, especialmente considerando que en aquel entonces era considerado un verdadero manjar. Resistir tal tentación debió ser un verdadero desafío”, bromeó la casa de subastas.
A pesar de su edad, se dice que la barra de chocolate está en buen estado. Eduardo, el hijo mayor de la reina Victoria, ascendió al trono en 1901 tras la muerte de su madre y reinó solo nueve años hasta su fallecimiento a los 68 años debido a problemas de salud relacionados con el tabaquismo.
Durante su reinado, Eduardo fue conocido como un francófilo, realizando numerosas visitas privadas a París y disfrutando de la cocina local, el cabaret y las cortesanas. Su postura pro-francesa ayudó a allanar el camino para la Entente de 1904, que consolidó la alianza anglo-francesa una década antes de la Primera Guerra Mundial.
Curiosamente, la bisnieta de la última amante de Eduardo, Alice Keppel, también se convirtió en la amante y luego en la esposa del príncipe de Gales: Camilla Parker Bowles, la segunda esposa del rey Carlos III. Oficialmente, se considera que Eduardo VII no reconoció a ningún hijo, aparte de los nacidos en matrimonio con Alejandra; la pareja tuvo seis hijos, de los cuales cinco sobrevivieron.