Enclavado en el corazón del Gran Cáucaso, Shatili es un pueblo que se siente a la vez real y surrealista. Este sueño de piedra se encuentra entre valles salvajes. Más que un simple pueblo, es un conjunto de antiguas torres. Se alzan listas como guerreros reunidos, preparadas para afrontar cualquier invasión, el invierno y el olvido.
Con vistas al río Arghuni, las torres cuadradas se apiñan como antiguas hermanas. Escalan la ladera con la misma determinación con la que un pueblo orgulloso ha desafiado siglos de aislamiento. Sus oscuras terrazas en el último piso relatan silenciosamente siglos de historia y leyenda.
Situado a unas cuatro horas de Tbilisi, Shatili es más que un remoto pueblo georgiano construido entre los siglos VII y XVIII. Es la puerta de entrada al alma guerrera de Khevsureti, una región fronteriza con vistas a Chechenia e Ingushetia. Su posición estratégica y su construcción única lo convierten en una visita obligada. Las casas-torre interconectadas y los edificios defensivos se transforman en hogares, formando una verdadera "fortaleza habitada".
Llegar a Shatili es una aventura en sí misma. Cruzar el paso de Datvisjvari se siente como cruzar una frontera invisible entre la modernidad y un mundo arcaico. La carretera serpentea a través de gargantas y laderas. Las curvas revelan vistas impresionantes.
Shatili da la bienvenida a los viajeros solo en verano. De noviembre a mayo, la nieve y el hielo aíslan completamente la región. Entre finales de junio y principios de septiembre, el pueblo despierta. Las torres parecen resurgir de la niebla del tiempo.
Caminar entre las torres es una experiencia indescriptible. Te moverás a través de callejones oscuros y escaleras empinadas, suspendido entre el cielo y la tierra. Las torres, ya sean vacías o restauradas, ofrecen vislumbres de la arquitectura defensiva georgiana. Muchas están abiertas a los visitantes, transportándote a otra época.
No muy lejos de Shatili, inmersa en un valle aún más solitario, se encuentra la necrópolis de Anatori. Tres criptas de piedra revelan una historia de tragedia y coraje. Cuando la peste azotó el pueblo, los residentes enfermos se aislaron en las criptas para evitar infectar a otros. Sus huesos permanecen allí, testimonios de un sacrificio extremo.
Si Shatili te impresiona, Mutso te dejará sin palabras. Más inaccesible y más duro, es la esencia de la Georgia ancestral. Abandonado y encaramado en un acantilado como un "castillo maldito", solo se puede llegar a pie. Las torres desafían la gravedad, las criptas parecen esculpidas en el viento y el silencio habla más que las palabras.