A medida que se acerca el verano, los viajeros británicos se enfrentan a posibles interrupciones de las vacaciones debido a las regulaciones de los pasaportes. Las normas post-Brexit y los requisitos de entrada internacionales exigen una validez específica del pasaporte más allá de la fecha del viaje, lo que pilla desprevenidos a muchos. La "regla de los seis meses", que exige que los pasaportes tengan una validez de al menos seis meses después de la fecha de salida, y la regla de validez de tres meses de la UE con un límite de emisión de 10 años, son las principales preocupaciones.
Se insta a los viajeros a que comprueben las normas de entrada con suficiente antelación, ya que no basta con confiar en un pasaporte no caducado. Los pasaportes expedidos antes de septiembre de 2018 pueden tener una validez adicional, pero las normas de la UE exigen que los pasaportes se hayan expedido en los últimos 10 años. Con una mayor concienciación, se espera que aumenten las solicitudes de renovación de pasaportes, lo que podría provocar retrasos en la tramitación. Las compañías aéreas están endureciendo los controles previos al vuelo, lo que podría aumentar los tiempos de facturación y presionar al personal del aeropuerto.
Para evitar interrupciones, los viajeros deben comprobar tanto la fecha de caducidad como la de expedición, renovar los pasaportes con suficiente antelación y verificar las normas de entrada específicas de su destino. La industria mundial de los viajes podría experimentar efectos dominó, como un mayor control y posibles retrasos. Los viajeros deben ser conscientes de estas normas más estrictas para minimizar el riesgo de caos en los viajes.