Las ruinas de la antigua civilización maya atraen a miles de turistas cada año, con resorts cinco estrellas coexistiendo junto a los vestigios de una cultura que una vez floreció. Aunque aún no tenemos la tecnología para viajar en el tiempo, hay lugares en el mundo que sirven como vínculos tangibles con nuestro pasado, ofreciendo una visión de cómo vivían las civilizaciones antiguas. Este tipo de turismo, conocido como turismo arqueológico, permite a los visitantes explorar sitios con asentamientos, ruinas y artefactos preservados, contribuyendo al desarrollo económico de sus regiones.
Si bien las pirámides de Giza en Egipto y el Coliseo en Roma son ejemplos emblemáticos de turismo arqueológico, México se destaca en América Latina como un pilar de este nicho, especialmente la península de Yucatán, a menudo referida como el 'Egipto de las Américas'. Aquí, en lo profundo de la selva, se encuentran las ruinas de antiguas ciudades mayas, envueltas en misterio.
Chichen Itzá es el sitio más famoso y visitado, pero los tesoros de la Riviera Maya se extienden mucho más allá de este camino tan transitado. Quintana Roo, ubicado en el sureste de México, es conocido por sus extensos ríos subterráneos y numerosos cenotes, pero también alberga tesoros arqueológicos significativos como El Meco.
El Meco, nombrado así por un residente local del siglo XIX, se encuentra cerca del faro actual en el kilómetro 2.7 de la carretera Puerto Juárez-Punta Sam. Este sitio fue una vez un bullicioso centro para comerciantes y astrónomos, con edificios construidos específicamente para la observación celestial que aún se mantienen en pie, listos para recibir visitantes de todo el mundo. Las estructuras clave para explorar incluyen el Castillo, el Templo de la Estela y el Templo de los Frescos.
Otra zona arqueológica de vital importancia en Quintana Roo es Dzibanché, una ciudad que floreció entre los años 300 y 1200. Fue descubierta en 1927 por el explorador Thomas Gann. En su máximo esplendor, Dzibanché fue una de las ciudades más importantes de la cultura maya temprana, con templos monumentales y espacios ceremoniales que permanecen intactos.
En Cancún, las ruinas de San Miguelito se destacan como el asentamiento prehistórico maya más significativo de la isla, que comprende aproximadamente 40 estructuras en cinco complejos arquitectónicos. Los visitantes pueden admirar diversas construcciones, altares, palacios bien conservados, así como utensilios, herramientas, pinturas murales y cerámicas.
El Rey, otro asentamiento prehispánico en Cancún, sirvió como un centro religioso y administrativo donde se llevaban a cabo ceremonias importantes. En algunas de las estructuras palaciegas que hoy pueden visitarse se conservan fragmentos de pintura mural que hacen alusión a diferentes dioses.
Si el plan es seguir este itinerario y conocer a fondo todos los tesoros históricos de Quintana Roo, es importante buscar un alojamiento cercano a cada zona arqueológica. Una buena opción es el Residence Inn by Marriott - Playa del Carmen, ubicado a diez minutos en auto de la zona de El Rey, que ofrece suites equipadas con cocina y una piscina en la azotea, ideal para esperar el atardecer sobre el mar Caribe.