En un giro devastador, Nepal está lidiando con las consecuencias de las lluvias persistentes que han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra, resultando en la trágica pérdida de al menos 66 vidas desde el viernes. Las lluvias incesantes han impactado especialmente el valle de Katmandú, hogar de alrededor de 4 millones de residentes, donde las actividades normales se han detenido.
Las operaciones de rescate están en curso, con equipos utilizando helicópteros y botes inflables para llegar a las personas atrapadas en techos o áreas elevadas. Algunas regiones de Katmandú informaron una asombrosa cantidad de 322,2 mm (12,68 pulgadas) de lluvia en solo un día, lo que llevó a ríos desbordados que han inundado carreteras y puentes.
Las autoridades están trabajando incansablemente para despejar los escombros y reabrir las carreteras bloqueadas, ya que deslizamientos de tierra han obstruido el acceso en 28 lugares. El pronóstico del tiempo indica que las fuertes lluvias pueden persistir hasta la mañana del domingo, con un posible despeje después. Binu Maharjan, un funcionario de pronóstico del tiempo en Katmandú, señaló que esta prolongada temporada de monzón se atribuye a un sistema de baja presión que afecta partes de la India vecina.
Mientras que los vuelos internacionales continúan operando, los vuelos nacionales han enfrentado importantes interrupciones. El río Koshi, conocido por causar inundaciones catastróficas en la región, está fluyendo actualmente a un nivel peligroso de 450,000 cusecs, muy por encima de la tasa normal de 150,000 cusecs.
Esta temporada de monzones ya ha reclamado la vida de al menos 254 personas, con 65 reportadas como desaparecidas debido a deslizamientos de tierra, inundaciones y rayos desde mediados de junio. A medida que el país se prepara para más lluvias, la resiliencia del pueblo nepalí se pone a prueba una vez más.