Es un espectáculo familiar para muchos dueños de perros: justo cuando crees que la batalla del baño ha terminado, tu fiel compañero de repente se lanza a una carrera salvaje por la casa, dando vueltas y frotándose contra todo a su paso. Este comportamiento, conocido como Períodos de Actividad Aleatoria Frenética (FRAPs, por sus siglas en inglés), o más comúnmente "zoomies", es una manifestación fascinante de la energía y los instintos caninos.
Una de las razones principales detrás de esta explosión de energía es la liberación de estrés y tensión. Para muchos perros, el baño puede ser una experiencia abrumadora, que implica ser contenidos, mojados y manipulados. Al correr y jugar desenfrenadamente después, liberan cualquier tensión acumulada, similar a cómo un humano podría necesitar estirarse después de estar quieto durante mucho tiempo. Este estallido de actividad es una forma saludable de procesar la adrenalina y volver a su estado juguetón. Otra explicación poderosa radica en el instinto de recuperar su aroma natural. Los perros poseen un sentido del olfato extraordinariamente agudo, y el olor del champú, por agradable que sea para nosotros, puede ser abrumador o simplemente ajeno para ellos. Frotarse contra muebles, alfombras o incluso el suelo es su manera de deshacerse de ese aroma extraño e introducir sus propios olores familiares, restaurando su identidad olfativa. En la naturaleza, este comportamiento de "rodar" también podría haber servido para enmascarar su olor de depredadores o para marcar territorio. Además, el instinto de secado juega un papel crucial. En el mundo salvaje, los perros se sacudirían y correrían para secarse después de mojarse. Este impulso natural de eliminar la humedad de su pelaje persiste en nuestras mascotas domésticas. Correr y frotarse ayuda a acelerar el proceso de secado, aprovechando el movimiento y la fricción para eliminar el exceso de agua. Finalmente, para algunos perros, este comportamiento es simplemente una expresión de pura alegría y deleite. Después de ser limpiados y refrescados, se sienten renovados y llenos de energía, y sus "zoomies" son una forma exuberante de mostrar su felicidad. Es una celebración de estar limpios y libres, un momento de pura euforia canina. Comprender estas diversas motivaciones detrás de los FRAPs post-baño nos permite apreciar aún más la complejidad y la naturaleza instintiva de nuestros compañeros caninos. Lejos de ser un comportamiento extraño, es una parte normal y saludable de su experiencia, una forma en que navegan por las sensaciones, liberan energía y expresan su bienestar.