La interacción con animales, especialmente el contacto físico con gatos, es reconocida por sus efectos calmantes. Investigaciones recientes sugieren que los gatos robóticos pueden mejorar significativamente el bienestar de las personas con demencia, aliviando comportamientos desafiantes y promoviendo la relajación y el alivio de la ansiedad. En el Hospital Universitario Kepler, estos compañeros robóticos se integran como un complemento a las terapias y cuidados existentes.
Equipados con sensores, estos gatos mecánicos responden al tacto suave, deleitando a los pacientes con sus maullidos, ronroneos y movimientos realistas, como el abrir de ojos o el levantar de una pata. La experta en cuidado de la demencia, Sabine Wolfmayr-Hofer, subraya su valor, observando cómo las personas con demencia encuentran serenidad al acariciar a estos felinos artificiales, lo que se refleja en la relajación de sus expresiones faciales y la aparición de sonrisas. Estudios respaldan estos beneficios. Una investigación de la Universidad de Tsukuba en Japón reveló que los participantes se sentían notablemente más relajados tras interactuar con un gato robótico. Curiosamente, el efecto calmante era mayor cuando la flexibilidad del cuello del robot variaba durante la interacción, imitando un comportamiento más natural. Este hallazgo sugiere que la sutileza en el movimiento puede potenciar la conexión emocional y el efecto terapéutico.
La efectividad de los gatos robóticos en el cuidado de la demencia se alinea con hallazgos más amplios sobre mascotas robóticas. Estudios han demostrado que estos dispositivos pueden reducir la agitación, la soledad y mejorar la calidad de vida de las personas mayores con demencia. Por ejemplo, una investigación realizada en centros de atención a largo plazo en Estados Unidos con los gatos robóticos de la línea "Joy for All" mostró una reducción del 63% en la ansiedad y del 57% en la agitación en los participantes. Estos beneficios se mantuvieron incluso entre las sesiones de terapia, lo que indica un impacto duradero. Los gatos robóticos representan una adición prometedora al arsenal terapéutico para la demencia, ofreciendo una vía innovadora para mejorar la calidad de vida de quienes viven con esta condición. Su capacidad para evocar calma, reducir la ansiedad y fomentar la interacción social los posiciona como una herramienta valiosa en el cuidado centrado en el paciente.