«Oromummaa» (ser oromo) es fundamental para la identidad oromo contemporánea, arraigada en instituciones tradicionales como el sistema Gadaa y el Safuu. Este estudio examina su desarrollo histórico, su articulación política y sus implicaciones regionales.
Evolucionando a partir de marcos precoloniales, Oromummaa es fundamental para los movimientos nacionalistas oromo modernos, incluido el Frente de Liberación Oromo (OLF) y el movimiento juvenil Qeerroo. También refuerza la identidad y permite el activismo transnacional en la diáspora.
El término combina «Oromo» con «-ummaa» (que significa «-dad»), expresando la identidad, la cultura y la cosmovisión oromo. Históricamente, estos marcos culturales regían las relaciones comunitarias y la vida espiritual. Oromummaa es un renacimiento de las estructuras de identidad preexistentes.
A finales del siglo XIX se produjo una integración violenta de las regiones oromo, lo que condujo a la marginación. El OLF, formado en 1973, enfatizó una identidad nacional unificada, enmarcando la lucha oromo como anticolonial.
El sociólogo Asafa Jalata definió Oromummaa como un proyecto civilizatorio y político arraigado en los valores indígenas oromo, el núcleo ideológico del movimiento nacional oromo. Unifica a las comunidades oromo, centrando la memoria colectiva y la continuidad cultural.
Movimientos como Qeerroo utilizaron Oromummaa como grito de guerra, influyendo en la política etíope. Ha catalizado un renacimiento cultural, con comunidades de la diáspora internacionalizando la lucha oromo.
Si bien se presenta como inclusivo, algunos perciben Oromummaa como excluyente, lo que genera disputas territoriales. Eritrea se muestra escéptica ante el federalismo étnico de Etiopía. El futuro depende de si Oromummaa es inclusivo o exclusivo.
Oromummaa encapsula las aspiraciones del pueblo oromo, con el potencial de unificar y ofrecer una visión democrática del federalismo.