Se cree que la familia de lenguas dravídicas, un grupo lingüístico significativo, se originó a partir de una lengua proto-dravídica que existió hace miles de años, posiblemente durante la civilización del Valle del Indo. Esta teoría, respaldada por lingüistas como VI Subramaniam, Bhadriraju Krishnamurti, KK Gowda y Robert Caldwell, sugiere que todas las lenguas dravídicas comparten un ancestro común.
Después del declive de la civilización del Valle del Indo y las migraciones subsiguientes, estas lenguas divergieron. Una rama de esta proto-lengua evolucionó hacia el brahui, que todavía se habla en el actual Pakistán. Ajith Kanna destaca la conexión entre el brahui y las lenguas del sur de la India, señalando su característica común de carecer de géneros gramaticales, donde los verbos permanecen sin cambios independientemente del género del pronombre.
Las lenguas dravídicas exhiben características distintas en comparación con las lenguas indo-arias. Notablemente, las palabras para las partes del cuerpo y los números muestran consistencia en toda la familia dravídica. El tamil se considera que ha conservado más características de la lengua proto-dravídica, mientras que el kannada se ha adaptado más fácilmente a los cambios. Los historiadores enfatizan que la edad de una lengua es menos importante que su evolución a partir de un ancestro común.
La evolución de las escrituras y los materiales de escritura también influyó en el desarrollo de las palabras. Por ejemplo, la letra "zha" en las primeras escrituras kannada se transformó debido a las restricciones de escritura. En Kerala, la práctica de escribir en hojas de coco condujo al desarrollo de formas de letras redondeadas.