Un estudio investigó cómo el aprendizaje de la lengua de signos israelí (ISL) modifica la actividad cerebral en adultos oyentes. La investigación aisló la actividad neuronal relacionada con los componentes lingüísticos del ISL: nivel de oración, léxico y fonológico. Los hallazgos indican que aprender un nuevo idioma causa cambios generalizados en los patrones de actividad cerebral. Estos cambios implican el reclutamiento de distintas regiones cerebrales para el procesamiento de diferentes componentes lingüísticos. Específicamente, el procesamiento fonológico inicial activó el giro precentral izquierdo, la corteza occipital y el giro fusiforme bilateral. El procesamiento léxico activó el giro angular izquierdo, la corteza parietal inferior, el precúneo y el MTG bilateral y el giro temporal inferior (ITG). El procesamiento a nivel de oración activó el área de Broca, las regiones temporal inferior y parietal izquierdas. Los patrones de activación después del aprendizaje, particularmente aquellos relacionados con el procesamiento de oraciones, predijeron fuertemente el éxito del aprendizaje a largo plazo, medido seis meses después. El estudio también notó que la sintaxis del ISL difiere del hebreo, presentando elementos wh al final de la oración y marcadores negativos que siguen al verbo. Los investigadores utilizaron fMRI para monitorear la actividad cerebral y ANOVA para comparar los grupos de aprendizaje y control, confirmando que los cambios observados resultaron del curso de ISL. El estudio utilizó un intervalo inter-estímulo de 1 s en la tarea de fMRI, pero las condiciones de la tarea duraron hasta 15 s.
El aprendizaje de la lengua de signos altera la actividad cerebral y predice la retención a largo plazo
Editado por: an_lymons vilart
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