La UNESCO reconoce el diccionario mosetén-español como patrimonio cultural

Editado por: Vera Mo

En el norte de La Paz, Bolivia, el pueblo mosetén, originalmente nómada, se ha asentado en una zona de transición ecológica donde coexisten montañas y llanos. Durante siglos, han enfrentado presiones de las ocupaciones aimara y quechua al oeste y de las actividades misioneras del Amazonas al norte. La reciente inscripción del Diccionario mosetén-español (1874) en el programa Memoria del Mundo de la UNESCO representa un acto significativo de resistencia cultural para una nación cuya lengua, hablada por 737 individuos, está al borde de la extinción.

Según el censo de 2012, 3,516 personas se identifican como mosetén, pero solo 414 hombres y 343 mujeres hablan activamente la lengua, predominantemente ancianos. El antropólogo Milton Eyzaguirre señala: 'El proceso de modernización está provocando que los niños dejen paulatinamente de usar esa lengua. Además, los profesores de la región provienen del área andina y son hablantes de quechua y aimara. El único lenguaje que tienen para comunicarse es el castellano, aunque hay intentos desde el Estado para promover el idioma.' En 2022, el Ministerio de Educación incluyó su aprendizaje en las currículas escolares.

Investigaciones relacionan el mosetén con el macropano (Perú-Bolivia) y el macro-guaykurú (Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina). Eyzaguirre afirma: 'Entendemos que esta lengua se habla a nivel sudamericano porque estas poblaciones iban migrando permanentemente. Los datos históricos sugieren que estos procesos migratorios probablemente abarcaron estos países durante los períodos prehispánicos y coloniales.' A pesar de esta conexión, la lengua es clasificada por la UNESCO como vulnerable o en peligro de extinción, y su desaparición se considera inminente.

El contacto con las culturas aimara y quechua ha transformado las tradiciones mosetén, notablemente el cambio del nomadismo, basado en la recolección y pesca, al sedentarismo. Eyzaguirre explica: 'Desde la década de 1960 ha habido incursiones quechuas y aimaras para el cultivo de cacao, café, coca y la explotación de madera. Con ellos, trajeron la concepción de agricultura y la noción individual de la tierra, porque los mosetén entendían el espacio amazónico como uno solo, un amplio territorio que recorrían de acuerdo con las estaciones y las condiciones climáticas.'

El proceso de aculturación más intenso ocurrió un siglo antes, a través de las misiones franciscanas, con la imposición del matrimonio monógamo, la prohibición de las uniones entre parejas masculinas, el despojo de sus nombres nativos y una espiritualidad ajena. Los misioneros fueron responsables del Diccionario mosetén-español, probablemente el italiano Benigno Bibolotti (1857-1868) o el español Nicolás Armentia (1873-1880). El carácter itinerante que tenían inicialmente los moseténes impidió que tuvieran relación con las conocidas reducciones jesuitas establecidas en la Amazonía durante la colonia, desde 1609 hasta su expulsión en 1767. No fue hasta finales del siglo XVIII, en 1790, con la fundación de la Misión de San Francisco de Mosetenes, que la congregación católica de los redentoristas, a través de los franciscanos, tuvo contacto con esta nación indígena.

Con la independencia de Bolivia en 1825, se expulsó a los franciscanos porque se decía que tenían muchas propiedades en las ciudades, pero, más o menos, en 1835, el presidente Andrés de Santa Cruz les pidió que regresaran con un motivo estratégico. 'Había muchas zonas con poca presencia del Estado y una forma de articular el país era a través de la religión católica,' detalla el arqueólogo. Del complejo proceso de conversión surgió en 1874 el Diccionario mosetén-español, un manuscrito de 341 páginas, de cuero rojo y 16 centímetros de alto, escrito con una tinta ferrogálica que ha dejado sus páginas rugosas.

Se argumenta que el valor del libro para su inscripción en el programa Memoria del Mundo es que representa las maneras diferenciadas de comunicación entre hombres y mujeres mosetén. 'En estas comunidades hay un marcado nivel de matrilinealidad (...) en este sentido, las mujeres tienen mucha incidencia, lo que ha impactado en el uso de la lengua, la cual se distingue por género. En este documento se manejan las formas antiguas de la relación lingüística que permiten entender la estructura de las sociedades, donde las mujeres definen con quién casarse,' se lee en el formulario de postulación.

Además, en la primera página aparece una hoja de venta fechada en febrero de 1940, de León Loza, periodista con vocación de recuperar documentos y cuya colección forma parte del Musef, a Arthur Posnansky, célebre arqueólogo, cineasta y escritor austrohúngaro estudioso del pasado prehispánico de Bolivia. Los cerca de 11,600 documentos que componían la biblioteca del investigador europeo son parte del museo desde 2013. Desde la institución dicen que el siguiente paso con el diccionario es transcribirlo, editarlo y lanzar una nueva edición. Una tarea similar se realizó en marzo de este año con el diccionario de la lengua moxa, en las tierras bajas de Bolivia, donde se establecieron 16 misiones en 1701.

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