Chile enfrenta una importante brecha de habilidades en el sector de Tecnologías de la Información (TI), con el 31% de las vacantes laborales sin cubrir, según PageGroup. Este desafío resalta un problema estructural que amenaza la competitividad de las economías regionales.
La demanda de profesionales altamente calificados en tecnología supera la oferta disponible, ya que los sistemas educativos tradicionales luchan por adaptarse rápidamente a los cambios del mercado laboral. Las universidades y los institutos técnicos suelen estar limitados por estructuras burocráticas que dificultan actualizaciones oportunas en los planes de estudio, lo que resulta en un desajuste entre las necesidades de los empleadores y las competencias de los graduados.
Para abordar esta brecha, es urgente adoptar modelos educativos flexibles, ágiles y continuos que incluyan microcredenciales. Las plataformas de educación en línea han demostrado ser efectivas para proporcionar oportunidades de aprendizaje rápidas y de calidad.
El Global Skills Report 2024 de Coursera indica que los profesionales que participan en programas de formación continua tienen un 50% más de probabilidades de ser promovidos y un 30% más de posibilidades de recibir aumentos salariales. La educación continua es esencial para mantener la competitividad en un mercado laboral que cambia rápidamente.
Además, el Future of Jobs Report 2023 del Foro Económico Mundial revela que el 75% de las empresas planea adoptar nuevas tecnologías en los próximos cinco años, con un 19% de la fuerza laboral que podría enfrentar la automatización de algunas tareas debido a la inteligencia artificial.
Sin un compromiso firme hacia la educación continua, tanto a nivel individual como institucional, será difícil cerrar la brecha de talento que nos separa de un futuro desarrollado. La formación personalizada y adaptativa mejorará la empleabilidad, convirtiendo la educación continua en un pilar fundamental para el futuro del trabajo.