El poder de la gratitud: cómo la apreciación impulsa el bienestar y la moral en el lugar de trabajo

Practicar la gratitud puede mejorar significativamente el bienestar y la moral en el lugar de trabajo al cambiar el enfoque hacia lo positivo. Este simple acto puede reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y fomentar un entorno más comprometido. La gratitud implica reconocer y apreciar las cosas buenas de la vida, ya sean pequeñas o significativas. La consultora de desarrollo organizacional Alison C. Jones destaca que las prácticas diarias de gratitud entrenan al cerebro para buscar la positividad, transformando las perspectivas en momentos difíciles. Esta práctica puede ser tan simple como enumerar las cosas por las que uno está agradecido cada día o compartir la apreciación con un 'amigo de la gratitud'. En el lugar de trabajo, expresar gratitud puede aumentar el compromiso de los empleados y la voluntad de ayudar a los demás. Las empresas están implementando varios métodos para mostrar aprecio, como notas escritas a mano, programas de reconocimiento y regalos. El Instituto O.C. Tanner, por ejemplo, ayuda a las organizaciones a desarrollar estrategias de reconocimiento efectivas. Estos esfuerzos conectan a los empleados con un sentido más profundo de propósito y significado, como señala Meghan Stettler, directora de O.C. Tanner. Tia Henry, directora del programa, destaca que estas iniciativas ayudan a los empleados a manejar el estrés y a volver a un estado de bienestar. Si bien la gratitud es beneficiosa, no debe reemplazar la necesidad de condiciones de trabajo justas. Como señala Jones, la gratitud no debe confundirse con la pasividad; defender las necesidades básicas sigue siendo esencial. En última instancia, la práctica constante de la gratitud ofrece una herramienta poderosa para mejorar el bienestar individual y crear un entorno más solidario y comprometido tanto en entornos personales como profesionales.