Un creciente cuerpo de investigación sugiere que, al igual que los humanos, los animales también ajustan sus comportamientos sociales a medida que envejecen.
Una edición especial de Philosophical Transactions of the Royal Society B publicó recientemente 16 estudios sobre este tema, seis de los cuales fueron liderados por la Universidad de Leeds.
Los estudios revelan cómo los patrones sociales cambian a medida que los animales envejecen, proporcionando información sobre los posibles beneficios biológicos y sociales de estos cambios.
Uno de los estudios se centró en los ciervos rojos en la isla de Rum en Escocia, particularmente en el comportamiento de las hembras mayores, o ciervas. A medida que los ciervos envejecen, interactúan menos con sus pares. Esta reducción en la socialización puede ayudarles a evitar la competencia y reducir su riesgo de infección por parásitos.
Josh Firth de la Universidad de Leeds, uno de los editores de esta edición especial, destacó que tal comportamiento podría ser generalizado entre las especies, ya que permite a los individuos evitar riesgos para la salud asociados con las interacciones sociales.
El cambio en el comportamiento entre los ciervos ancianos tiene paralelismos en el comportamiento humano, especialmente observado durante la pandemia de COVID-19, cuando muchos adultos mayores limitaron sus actividades sociales para evitar la exposición a enfermedades.
Otro estudio notable investigó cómo el envejecimiento impacta el comportamiento social en los gorriones domésticos. La investigación liderada por Julia Schroeder en el Imperial College de Londres encontró que los gorriones mayores tienden a reducir sus círculos sociales.
Según Schroeder, entender la dinámica de estas amistades en envejecimiento puede arrojar luz sobre cómo evolucionan los patrones sociales entre las aves e incluso ofrecer información sobre comportamientos similares en otras especies.
Estas investigaciones se extienden a los insectos también. El trabajo de la profesora Amanda Bretman con las moscas de la fruta Drosophila mostró que los entornos sociales impactan el envejecimiento incluso en animales más simples.
Estudiar el impacto del comportamiento social en las moscas de la fruta ofrece un entorno controlado donde los investigadores pueden observar la mecánica del envejecimiento social.
Los hallazgos subrayan que el entorno social puede variar según el género, el momento y la estructura social. Al observar cómo incluso los insectos adaptan su comportamiento según el contexto social, los científicos esperan revelar patrones fundamentales que se aplican a través de las especies.
Estas conclusiones ofrecen posibles perspectivas para las dinámicas sociales humanas también. Firth señaló que los modelos animales son valiosos para comprender las raíces del envejecimiento social en las sociedades humanas, donde los cambios en los hábitos sociales pueden afectar los resultados de salud física y mental.
De cara al futuro, los investigadores tienen la intención de explorar más a fondo las complejidades del envejecimiento social. El equipo de Schroeder planea continuar estudiando los patrones sociales de por vida de los gorriones domésticos, examinando cómo se forman y evolucionan las amistades.