Recientes revelaciones indican que aproximadamente el 30% de la población se clasifica como Personas Altamente Sensibles (PAS), un concepto a menudo malinterpretado. Carmen Geraud, especialista en el campo, explica que estos individuos poseen un sistema nervioso único que les permite procesar la información de manera diferente a la persona promedio.
En una entrevista con El Financiero, Geraud enfatizó que las PAS no están enfermas ni tienen un trastorno; más bien, tienen un rasgo genético que les permite experimentar una sensibilidad aumentada a los estímulos sensoriales. Esta condición puede manifestarse de diversas maneras, como una mayor capacidad para detectar olores o matices emocionales.
Geraud señaló que este rasgo puede confundirse con problemas de salud mental como el trastorno bipolar, el TDAH o incluso los trastornos del espectro autista si no se identifica a tiempo. Subrayó la importancia de reconocer la alta sensibilidad para implementar cambios en el estilo de vida que promuevan el bienestar.
Según Geraud, las PAS presentan cuatro características básicas resumidas en el acrónimo DOES: Profundidad de procesamiento, Sobrecarga, Reacción emocional y Sensibilidad sensorial. Por ejemplo, las PAS a menudo notan detalles sutiles en su entorno que otros pueden pasar por alto, lo que puede llevar a sentimientos de agobio cuando se enfrentan a estímulos excesivos.
Si bien ser altamente sensible no es un trastorno, puede llevar a problemas de salud física y emocional si no se maneja adecuadamente. Geraud recomienda que las PAS creen rutinas que incluyan prácticas de relajación y atención plena, como la meditación, para ayudar a mitigar el estrés. En casos de respuestas emocionales intensas, se aconseja buscar ayuda profesional de un psicólogo para prevenir problemas potenciales como la depresión o la ansiedad.
La conversación en torno a la alta sensibilidad es crucial, ya que comprender este rasgo puede conducir a un mejor apoyo para las personas que experimentan el mundo de una manera profundamente única.